Es seguro que desde que nació nuestro bebé hemos estado compre y compre pañales y en lo único que pensamos es en que llegue la hora en que los deje, pero es muy importante que sea en el tiempo adecuado. El momento para iniciar el entrenamiento de un bebé para ir al baño es diferente para cada uno, pero lo ideal es que se realice entre los 18 y los 24 meses, todas las mamás no sentimos a veces preocupadas, pero en realidad con lo único que debemos contar es con paciencia y tiempo para darle la atención necesaria.
Esta tarea se facilita más en tiempo de calor, ya que los niños traen menos cantidad de ropa y la llevan más holgada para que no batallen en quitársela; cuando hemos decidido iniciar debemos ser perseverantes, pero nunca imperativas.
Existen señales que indican que nuestro bebé está preparado para este entrenamiento, por lo regular se muestra incómodo y señala su pañal cuando está mojado o sucio; si se despierta de su siesta o permanece por un período de 2 horas o más durante el día con su pañal seco, puede ser otro indicador de que está listo, es importante también que entienda ya indicaciones y que pueda bajar y subir su ropa por sí mismo.
El siguiente paso será comprarle su bacinica entrenadora, es bueno que se vaya acostumbrando a ella, la observe, la toque y se siente, poco a poco le vamos explicando cómo usarla y que debe avisarnos cuando desee hacer “pipí” o “popó”.
Cuando se haya familiarizado es necesario apoyarlo en este ejercicio, ¿Cómo?
-Poniéndole ropa holgada fácil de quitarse.
-Llevándolo al baño tan frecuentemente como sea posible.
-Estar atentos a sus expresiones faciales ya que cuando sienten la necesidad generalmente cambian su carita o la posición del cuerpo.
La mayoría de los niños suelen evacuar una vez al día y orinar una hora después de tomar líquidos, es importante tomar nota de sus horarios.
-Quedarnos con ellos y platicarles para que se sientan relajados.
-No forzarlos ni enojarnos con ellos si no lo lograron.
-Elogiarlos cuando lo logren.
El tiempo que toma entrenarlos es aproximadamente entre 3 y 6 meses, hay quienes lo hacen en menos tiempo, no es una regla, así que tendremos que armarnos de paciencia y brindar una total atención; si el pequeño está en guardería, lo más seguro es que ahí apoyen en esta labor, pero tenemos que continuar nosotros en casa la rutina para que haya un seguimiento y se refuerce el aprendizaje.
Los niños suelen envolverse en sus juegos y quizá puedan ocasionalmente mojar su ropa, así que lo mejor es recordarles seguido ir al baño o llevarlos y no regañarlos si de pronto se les pasa o no alcanzan a llegar, en todo caso, alentarlos a que continúen aprendiendo y cuando menos lo esperemos, ¡Adiós a los pañales!
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