Es impresionante la forma en que un bebé va adquiriendo habilidades, subir, bajar, trepar, correr, escalar, encontrar cosas para meterse a la boca, hacerse invisible, sí, ¡¡¡ Invisible !!!, porque en cuanto te descuidas unos segundos, desaparece.
No puedes dar por hecho que tu bebé no tenga edad suficiente para algunas cosas, pues tal parece que han heredado genes que los hacen realizar peripecias más increíbles que los personajes de un circo.
Todo producto hoy en día te vende seguridad para tu bebé, en cierta forma te hace sentir más relajada y confiada; vallas, protectores, cerraduras, rejas y puertas, cunas con todas las características de seguridad, ¡monitores con cámara! etc., además, hay miles de páginas que te dan recomendaciones y sugerencias para que tengas tu casa y sobre todo su cuarto más seguros.
Es bueno que siempre estés preparada con todo el kit de seguridad y que compres la cuna y muebles adecuados, es lo mejor que puedes hacer, pero la vigilancia materna desde que nace hasta sus primeros años de vida debe ser lo más cercana posible.
No se trata tampoco de que tengas miedo por todo o te la pases incluso toda la noche sin dormir por estar observándolo si respira o se mueve, ¡Tendría que volver a tu vientre para que estuviera protegido todo el día!
Pero la vida en la actualidad es más precipitada, te ocupa en miles de cosas, te mantiene distraída por la cantidad de información que generan las redes sociales, te lleva al punto de estar leyendo un artículo sobre la seguridad de los bebés mientras tu bebé se está trepando por la cuna, ¡Así!
Sin embargo, no tienes mil ojos, oídos o manos para poder evitar que de vez en cuando algo se te pase por alto y bueno, también los bebés son muy aguantadores, ¡Dicen que son de plástico!, solo debes estar lo más atenta posible, aún y cuando tengas todo el kit y hayas leído todas las recomendaciones, siempre serás tú su mayor seguridad.
No te queremos preocupada, porque ¿sabes?, tienes algo muuuy a tu favor, ¡TU INSTINTO MATERNAL!
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